16 de enero de 2009

ARCHIVOS DE ENTREVISTAS: 21/04/1995

LAS MUJERES DE 'LOS MACHOS' SE REUNIERON PARA CRITICARLOS

Virginia Inoccenti, Andrea Politti, Alejandra Rubio y Elvira Vicario tomaron el té con La Prensa. Hablaron de los hombres, del feminismo y del amor, Hubo risas, ironía y confesiones.


LAS HEMBRAS
Durante algo más de 2 horas de charla, una ama de casa, una madre, una psicóloga y una separada, intentaron entender y analizar a los hombres. No lo lograron, pero se rieron de ellos, les sacaron el cuero y los destrozaron. Aunque llegaron a una conclusión: no podrían vivir sin ellos. Sus parejas en la ficción son Los Machos y cada una tiene el suyo. Pero en realidad, alguna todavía lo está buscando. Andrea Politti (Diana, la ama de casa, está casada con el personaje de Gustavo Garzón), tiene 31 años, es separada, está sola y con ganas de enamorarse.
Virginia Inocenti (Susana, la madre, tuvo un hijo de Rodolfo Ranni) tiene 29 años y hace las veces de madre de los 3 hijos de su pareja. Alejandra Rubio (Marina, la psicóloga, está de novia con Daniel Fanego y van a poner un centro de belleza masculina), tiene 33 años, es la esposa del dueño del circo –el guionista del programa-, y es mamá de un bebe de un año y medio. Elvira Vicario (es la ex mujer de Fanego, pero no se puede desenganchar), está separada, tiene 36 años, y quiere un hijo.
En la ficción son ‘las hembras de los machos’ y las situaciones tienen bastante realismo. “Lamentablemente, refleja el código en el que habla, quizás, el 90 por ciento de la población. Por eso al programa le va tan bien. Me gustaría que sirva como un espejo para que se pueda hacer una autocrítica”, empieza Virginia.
Lo cierto es que en la realidad tienen bien claro su lugar como mujeres.
Es por eso que a la hora de responder si soportarían el mismo maltrato que en la ficción, las cuatro gritan al unísono: “Ni medio minuto”.


ELLAS

-¿Creen que en esta época es necesario ser feminista?
Virginia:
No, porque mi abuela o mi mama por haberse sumado a ese movimiento nos dejaron el camino allanado. Creo que, además, el término se ha tergiversado. Las verdaderas feministas no se ponías en contra del hombre, sino que reclamaban sus derechos.
Andrea: Yo creo que el movimiento sigue y que hace falta muchísima lucha. Y no me considero feminista, sino defensora de la mujer.
Elvira: Ahora existe el post feminismo y tiene una onda donde se revalora las esencias femeninas como la creación, y las masculinas, como la razón y el orden. Por eso tiene otra visión. Ya no es “voy a ocupar el lugar del hombre”.
Alejandra: Los hombres ahora se hacen mas cargo.
Andrea: Mirá, el primer impulso de ellos, cuando nace un hijo, es no hacer nada. Además noto que me inventan amantes, o dicen que soy lesbiana y los más desconfiados afirman: “En algo anda”. Nos criaron para que nuestra carrera sea un marido.
Alejandra: Yo por suerte estoy enamorada de un tipo bárbaro.

LOS OTROS

-¿Cómo sería un hombre no machista?
Virginia:
Primero y principal que no me trabe y se interponga en mis deseos. Andrea enumeraba algunas cosas: eso no es ser machista. Un hombre que tenga su profesión o que te cuide no es un machista.
Andrea: A mi me pasa que se enamoran de que soy actriz, pero al año, si hago la escena del beso y me tocaron la cola, me rompen la cara. Y ahí me separo. Necesito alguien que confíe en mí y que entienda mi profesión.
Alejandra: Yo tengo un hombre que me acompaña, que se levanta por el bebé, que me hace el café...
Andrea: No sigas, que te lo van a sacar. Era un chiste machista.
(Risas)
Elvira: Para mi, un hombre no machista... El que desearía... piensa.
Virginia:... –mi papá. Todas se ríen.
Elvira: No, no, sería alguien que atendiera mis necesidades y se guiara por sus sentimientos; no por sus ideas.
-¿Las mujeres somos tan cargosas como dicen ellos?
Andrea: Sí, pero ellos también tienen muchas necesidades.
Virginia: Como no sale de ellos, si uno no reclama no te ayudan.
Andrea: Yo nunca conseguí que un hombre me ayude con las tareas de limpieza. Hice de todo, hasta sexo, y nada.
Virginia: Son tantas las cosas de las que se borran. Hay que decirles: “no tenderías, mi amor, la ropa de los dos”.
Andrea: O, “no sacarías la basura, mi amor”.
-Pero hay mujeres que no se bancan que los hombres hagan las cosas de la casa.
Inocenti: Hubo períodos en que mi pareja se hizo cargo de la casa, otros no. Ahora nos repartimos y tenemos una persona que nos ayuda.
Alejandra: A mi no me molesta, porque el cocina como los dioses. Yo soy un desastre en la cocina y soy más vaga que él para las cosas de la casa.


Y ENTONCES

¿Qué esconde un machista?
Elvira: Inseguridad.
Virginia: Un bebe con pañales.
Andrea: Un hombre me dijo: “¿Sabés por qué nosotros cuando estamos entre hombres despreciamos a la mujer, nos burlamos y la queremos ‘fifar’? Porque les tenemos pánico, porque sabemos que son mucho más fuertes que nosotros”.
Virginia: Por algo se ha callado la voz de la mujer a lo largo de los siglos. Todavía ni sabemos cuál es nuestra propia voz.
Andrea: Si supieran esa inseguridad no nos tienen que tener miedo.
Alejandra: En todo caso, terror.
(Risas).
Andrea: Yo reconozco que cuando me pongo ovárica soy insoportable.
¿Qué le dirían a un machista?
Andrea: Que no le creo.
Inocenti: Que la vida es una sola y se está perdiendo la gran oportunidad de vivir de otra manera, y de profundizar más en él y en la mujer.
Elvira: Aflojate, relax...
Alejandra:... y un buen beso y a la cama.
Siete de la tarde de un Sábado Santo. Las cuatro mujeres ya perdieron la timidez y están embaladas. Podrían seguir horas hablando de hombres.
En eso una de ellas sugiere que tendrían que reunirse más seguido; de hecho el la primera vez que toman el té juntas, y no todas son amigas, pero sí, cómplices. La charla continúa con el grabador apagado.
Pero eso es una nota aparte.