"YO SÉ CAPTAR LO QUE LE ESTÁ PASANDO AL OTRO"
La actriz y conductora de "12 corazones" (Canal 13), el programa de citas que se impone cómodamente en la franja de las 15, reflexiona sobre el amor y lo difícil que es hoy formar una pareja.
Cuenta su propia leyenda que una semana antes de que la llamaran para conducir el segundo año de 12 corazones (Canal 13, a las 15) Andrea Politti —Capricornio, actriz, 39 años— estaba en su casa cenando con amigos, agarró el único libro de horóscopos que tenía, y jugando empezó a leerles a sus invitados las características de sus signos, tratando de facilitar algún encuentro amoroso. "Fue una señal del destino", dice ahora la entrañable tía Ines de Resistiré, la misma que supo, en su momento, amenazar a los autores de la tira para que su personaje —una mujer sufrida y sometida durante años al mismo hombre— diera un vuelco y tuviera por fin su amor correspondido.De risa fácil y ruidosa, como una encantadora de serpientes Politti maneja la mirada y los tonos de voz con precisión, y sabe crear intimidad aún con una corte de mujeres —maquilladora, vestuarista, peinadora— trabajando sobre ella, entrenadas en guardar silencio cuando habla, como si escucharan devotas el sermón de la sacerdotisa de una religión no apta para varones.
Venías de una experiencia de conducción anterior, "Una para todas" (Telefé), a la que no le fue muy bien. ¿Tuviste miedo cuando te ofrecieron este programa de que no resultara?
Yyy sí... pensé que Claribel (Medina) lo hacía maravillosamente bien, sabía que le iba bárbaro... Pero hay algo que tengo por naturaleza: ¿es un desafío?, entonces voy y lo hago, ¿qué puedo perder? Nada, porque si me va mal, aprendo. Ya me habían llamado otras veces para hacer conducción, porque me habían visto en Confesiones de mujeres de 30, donde yo bajaba y hacía una improvisación con el público. Yo siempre tuve mucha onda con la gente, soy observadora, sé captar lo que le está pasando al otro.
Siempre participaste en proyectos que tienen que ver con cuestiones de género: "Acaloradas", "Confesiones de mujeres de 30", "Los machos", incluso "Una para todas"...
Es que yo ya de chiquita, a los 12 años, leía a Simone de Beauvoir. Me acuerdo de ir a arrodillarme a una iglesia y decir "Diosito mío, perdoname, pero yo no me voy a casar". Después me casé, pero nunca por iglesia. Imaginate, mi viejo actor, mi vieja música, concertista de piano... no era una familia muy tradicional.
¿Pero por qué creés que te convocan para hablar desde ese lugar?
No lo sé, porque yo no me considero feminista, todo lo contrario, me divierte mucho lo grotesco de los extremos. A mí, por ejemplo, me invitan a un congreso de feministas y la mayoría son, o lesbianas de pelo cortito, o unas minas rarísimas, yeguas, vestidas con unos maillots brillantes... Es muy gracioso.
¿Sos una gran optimista o una gran pesimista que apela al humor para sobreponerse?
Yo soy realista. En la vida pasan un montón de cosas que uno no quiere, pero pasan para que aprendas algo. Y si no aprendés, te amargás y morís. Yo trato de transformar lo que me duele o lo que me enoja en algo creativo. Eso no implica que sea optimista, porque tengo los pies bien sobre la tierra, pero nadie me podrá sacar jamás mi capacidad de reírme absolutamente de todo.
¿Por qué creés que hay tanta gente sola?, ¿es tan difícil encontrar pareja?
Creo que hay mucho desconcierto. La mayoría viene al programa con experiencias de traición, de infidelidad y mentiras, y hay mucha inseguridad: ¿apuesto a alguien?, ¿confío? La sensación es que cuesta entregarse a otro y vencer el miedo a salir lastimado.
¿Vos decís que el programa les da una suerte de "garantía de confianza"?
Y sí, porque el que viene al programa está diciendo "quiero enamorarme". Hoy lo terrible en las relaciones es el nivel de desconfianza. Y el track que se hizo entre hombres y mujeres, las mujeres están tomando un lugar que antes no tenían, eso a los hombres los confunde, no saben cómo abordarlas. Para las mujeres profesionales, por ejemplo, es más complicado encontrar a alguien que para una ama de casa.
¿Sos más piadosa con los varones que con las mujeres, no?
Es que a los hombres los estoy viendo perdidos. Están en un mundo que históricamente ha sido manejado por ellos, de una violencia descontrolada, y les resulta muy difícil. La mujer se está encontrando cada vez más, está siendo material de trabajo muy interesante para sí misma.
¿Qué tiene que tener una pareja para funcionar?
¿Qué es funcionar? ¿Casamiento para toda la vida? La vida cada vez es más larga, y los cambios son tan rápidos, uno evoluciona. Y si de pronto estás en pareja, y uno evoluciona para un lado y el otro para el otro, ¿por qué castigarse siguiendo juntos?
Entonces no creés en el amor para toda la vida...
Me encantaría, porque soy muy romántica, pero siento que no hay que pensar en eso, hay que pensar en qué puedo hacer hoy.
¿Cómo es tu historial amoroso?
De mucha búsqueda. Yo fui siempre una mujer muy apasionada, en todo. Viví todo con mucha intensidad, lo bueno y lo malo. Me encontré con personas que no valían la pena y supe retirarme a tiempo... Ahora estoy en pareja, desde hace 6 años, tengo un hijo que cumple 4 en enero. Yo creo en la vida en pareja. Con un trabajo como éste, donde todo lo que te rodea es un juego de espejos, si no tenés un centro, llegás a tu casa, sos mamá, tenés un marido al que le pasan otras cosas, es muy duro.
¿Qué es lo que más valorás de la persona que elegís como pareja?
A mí lo que me encanta de un hombre es la inteligencia y el talento para vivir. Porque para vivir hay que tener creatividad, hay que saber encontrarle la grieta a los propios límites. Eso me enamora, esa gente me enseña.
¿Cuánto dedicás a la profesión en tu vida?
Para mí esto es un oficio, nada más. Así me lo enseñó mi papá (el actor Luis Politti, que murió en España, en el exilio, en 1980), que dio todo hasta que se quedó sin nada, se quedó sin la vida.
¿Te lo enseñó porque él lo creía o lo aprendiste al ver cuánto él había perdido por entregar tanto?
El me lo decía, luego le pasaron otras cosas... Fue un tipo muy apasionado. Tenía eso de "vos hacé lo que tengas ganas, nunca vayas a un lugar en el que no estás a gusto, no importa lo que tengas que pasar". Me enseñó a luchar con alegría, no con pesar.
¿Qué recuerdo tenés de la pareja de tus padres?
Ellos se separaron cuando yo tenía la edad de mi hijo. Se conocieron en el Conservatorio de Mendoza, donde mi papá hacía actuación y mi mamá tocaba el piano. Tengo una foto, que para mí es increíble, en la que mi mamá está tocando el piano y mi papá mirándola, perdidamente enamorado. Vos decís, se han enamorado a través del arte, se han visto desde ese lugar...
Y vos estás en pareja con un músico, tu marido es saxofonista...
¿Qué casualidad, no? ¿Vos creés que tiene algo que ver? (se ríe a carcajadas). Los músicos tienen una sensibilidad que no tiene un actor, miran las cosas desde otro lado, me nutre mucho eso.
Alguna vez dijiste que el primero que te habló de sexo fue tu papá...
Sí, mi vieja era más reprimida. Cuando fui a España a visitar a mi papá, en el 78, tenía 14 años, mi mamá me vestía con las polleras por los tobillos, toda de jabot cerradito, una monjita, y mi viejo cuando me ve llegar así... me dice, "vamos a comprar ropa". Te voy a contar algo que no conté jamás en la vida: yo soy una mujer de pelo en pierna, ya de chiquitita, y claro, cuando llegué a España nunca me había depilado. El agarró la cera de la mujer con la que vivía, me pasó esas manos de carpintero que tenía, y me depiló. Me compró jeans ajustados, remeras de gasa... Y salió esto. Fue un padre muy especial. El golpe más fuerte y más duro de mi vida fue perder a la persona con la que tenía más sintonía y más química, a los 16 años.
¿Qué te hubiera gustado que él viera de tus trabajos?
Cuando hacía Confesiones de mujeres de 30 me pareció verlo en una función. Era alguien muy parecido, de lejos... Me emocioné, mis compañeras me miraban, porque yo lloraba... Yo siento que él me ve desde donde está. El enloqueció de alegría cuando supo que yo quería ser actriz, era su más profundo deseo.
¿Y si te viera en "12 corazones"?
Se reiría muchísimo. Lo veo riéndose y agarrándose la panza.
